Mal día el que amaneció en Liébana éste sábado pasado, con mucho viento y agua, pero hay que ir a cazar. “No podemos dejarla para el miércoles, dan también agua para la próxima semana, así que no nos podemos arriesgar a perderla”, les comentaba Chanchel, el jefe de la cuadrilla.

Hoy toca cazar en el lote de Panda Carrielda que abarca casi todo el municipio de Camaleño. Un buen lote, donde los cazadores siempre bajan contentos porque suelen abundar jabalís y eso siempre alegra la jornada.

A las ocho de la mañana ya estaban todos en Camaleño, en el restaurante El Caserío, donde el guarda fue tomando nota de la documentación de los cazadores y donde Chanchel les iba informando por dónde iban a echar la batida. “Estuvimos viendo el monte y vamos a quedarnos cerca de aquí porque creemos que hay jabalís. Vamos a cubrir desde el río que baja de Lon hasta Brez, es poco terreno pero si tenemos un poco de suerte, bajamos pronto del monte", les indicaba el jefe de la cuadrilla.

No fueron desencaminados los vaticinios de Chanchel, ya que, al poco de entrar los perros, empezó el “bailoteo”. Sabuesos y jabalís la emprendieron para arriba y para abajo, a lo alto y a lo bajo, hasta que el baile se interrumpió un momento al oírse el primer disparo del día. El montero Sergio no dudó en hacerlo cuando sus mismos perros le presentaron delante de sus narices un hermoso jabalí. Dos disparos fueron suficientes para dejarle a merced de los sabuesos.

“Atentos a los que estáis en la riega de Brez, llevan los perros dos jabalís…...”, se oye por la emisora. “Sí, los estoy viendo y se van abajo a la carretera…..”, respondieron. No tardaron en oírse un par de disparos, pero solamente se pudo detener a uno de los marranos. El artífice fue otro Sergio, apellidado Casares y natural de Cosgaya, que hoy estaba de invitado.

Otro invitado más fue el encargado de indicar que tenía a sus pies el siguiente marrano. Se trataba de Pablo que no dudó en disparar a un jabalí que llevaban los perros de David y, aunque estaba bastante lejos, de un certero disparo le dejó seco.

Un poco más arriba estaba Chico y también disparó a otro jabalí, pero en ésta ocasión Chico no tuvo fortuna y dejó al marrano libre para que siga comiendo bellotas, que éste año hay muchas.

Primo Cuevas hace ya una temporada que abandonó los perros y ahora le toca situarse en los puestos. Hoy estaba por debajo del pueblo de Brez cuando percibe los ladridos de los sabuesos que cada vez se van acercando. “Vienen para acá….”, pensaba. El cazador puso los pies bien sentados en el suelo, cogió el arma con fuerza y……, no tuvo mucho tiempo para pensar, porque de repente se le presentó un buen ejemplar de jabalí y Primo no le permitió ir muy lejos.

Rara es la cacería que Abelín no se tropiece con algún jabalí. Lo que sucede es que el marrano que tenga la mala fortuna de encontrarse con Abelín, sabe que éste cazador las gasta muy crudas. Eso es lo que le pasó hoy a un buen ejemplar que se atrevió a cruzar delante del cazador. Un certero disparo fue suficiente para ver rodar al jabalí.

Quedaba el último para hacer el cupo y se oyeron varios disparos en distintos puntos del lote. Nadie avisaba de que había hecho diana. Pero tenía que llegar y así lo hizo Diego, otro invitado. Necesitó dos disparos para ver al jabalí dar unas vueltas y rodar por una pendiente. “Ya le tengo, pero tenéis que venir alguno para sacarle ya que es muy grande y está en un hoyo”. “No te preocupes, que voy yo ahora mismo a sacarle, tengo aquí el Quad y le sacamos con la cuerda”, le contestó Chanchel. 

Era la una del mediodía y el jefe de la cuadrilla mandó recoger los perros y bajarse todos hasta Camaleño. En el restaurante el Caserío se juntó de nuevo toda la cuadrilla, pero en ésta ocasión para dar cuenta de una buena comida, donde no faltaron las risas y las canciones. Y la próxima semana toca cazar en Bedoya, eso es un plus que para nadie pasa desapercibido.

Informó: Abelín