Después de pasar las fiestas navideñas sin subir al monte, la cuadrilla 103 se reunió en la Viñona para ir a cazar al lote de Cotera Oria, que está por la zona de Vendejo y Caloca, un precioso lote.
No había terminado de amanecer y ya se apreciaba que los campos lebaniegos estaban completamente blancos por culpa de la fuerte helada. “El coche marcaba 3 bajo cero…..”, comentaban entre los cazadores. Debido a eso, la cafetera del bar de la Viñona echaba humo, los cafés rodaban por el mostrador como si fueran bolas, mientras Chanchel, el jefe de la cuadrilla, les iba comentando cómo se tendrían que colocar los puestos. “Estuvimos viendo el monte y la verdad es que no se ven muchos jabalís, pero hoy estamos prácticamente toda la cuadrilla; tenemos 27 escopetas, así que vamos a cerrar de forma que si sale algún jabalí, no le tenemos que dejar escapar. Vamos a echar al principio desde Vendejo hasta la praería de Caloca, cubriendo por la carretera y por Camponuera. A ver si tenemos suerte”.
Una vez colocados los puestos, entran los monteros con sus perros. Vueltas y más vueltas rastreando el monte, pero ni un triste ladrido. Bueno, me equivoco, alguno sí que hubo pero destinado a los venaos que aparecieron por decenas. “Nunca ví tantos venaos….”, apuntaba un cazador. Menos mal que ahora el sol calentaba y los que estaban de puesto tenían tiempo de admirar las bellezas que desde allí se divisaban con los Picos de Europa relucientes, Peña Labra, Peña Sagra….., pero habían ido hasta allí a avistar jabalís y de eso nada de nada.
En vista de que no localizaban nada, Chanchel mandó cambiar los puestos y se echó desde la praería de Caloca hasta arriba, hasta Sierrasalbas. Y más de lo mismo, parecía que a los jabalíes se los había tragado la tierra.
Por fin se oyen a los perros de David. Un salto de alegría inunda los corazones de los cazadores. “A ver si sacan algo…..”. David los suelta y los sabuesos dan cuatro vueltas y a los diez minutos se vuelven a donde el montero. “Vana ilusión….., aquí no hay nada”, avisa el montero.
Más arriba ocurre algo parecido cuando los perros de Raúl tratan de introducirse para la zona de Pineda. Como esa zona ya está fuera del lote, fue Primo, que estaba por allí de puesto, el encargado de recogerlos.
Eran ya más de las tres y Chanchel mandó retirarse, en ésta ocasión ni siquiera mandó recoger los perros porque estaban todos amarrados, no hubo necesidad de soltarlos. Así se dio por finalizada la jornada. Cuando en una cacería no se oye ningún disparo, siempre resulta triste. Hoy faltó la guinda que son los jabalíes. Ahora a esperar a la última cacería que será dentro de quince días y en éste mismo lugar de Cotera Oria. Pocas esperanzas….., pero “a ver si nieva y entran al lote de la parte de Palencia…..”. A ver si es verdad.
Informó: Abelín