No es muy normal que el mismo día y en el mismo sitio se junten tres cuadrillas para ir a cazar. Eso ocurrió la mañana del Domingo en Ojedo, así que el trajín de cazadores y perros fue alto. Una de esas cuadrillas era la 103 que volvió a subir al monte por cuarta semana consecutiva. “Ya tenemos ganas de descansar algo”, comentaba algún cazador.

 Hoy va a cazar en el lote de Milebaños, que está por la zona de Perrozo y San Andrés. No es de los mejores lotes, pero “estuvimos viendo el monte y en principio no se ve muy revuelto pero seguro que alguno encontraremos, así que a por ellos…..”, les comentaba Chanchel, el jefe de la cuadrilla. “Vamos a echar lo primero desde Puente Asnil hasta Perrozo y por la tarde subiremos hasta San Andrés”.

Preciosa mañana la que amanecía este Domingo, con temperatura fresca y alguna nube que dejaba asomar el sol a medida que avanzaba el día. Un día ideal para ir de caza.

Una vez colocados los puestos entran en escena los monteros con los perros y las primeras  sensaciones no eran muy buenas. Vueltas y más vueltas y ni un triste ladrido. “En esti monte no hay jabalís”, comentaban los monteros.

Si los monteros se aburrían de dar vueltas, qué diremos de los que estaban en los puestos. “Nunca vi una cacería más sosa, no se oyen ni perros, ni monteros ni siquiera la emisora. Voy a entretenerme con el móvil…….”, comentaba alguien jocosamente.  

Se acercaba ya el mediodía, y en vista de lo que estaba sucediendo, Chanchel mandó cambiar los puestos a la parte alta del lote y con buen criterio ya que no tardaron los perros en calentar los gargüelos. “Acaban de coger demanda, atentos los que estáis por el rio en San Andrés”, avisaban por la emisora. No tardaron en oírse los primeros disparos. Hasta tres veces tuvo que disparar Jaime Parra para ver rodar al jabalí hasta la orilla del río. “Aquí le tengo a mis pies, a ver si viene algunu a ayudarme para sacarle de aquí”, avisaba Jaime que es uno de los invitados fijos que tiene la cuadrilla.

No tardaron los sabuesos en levantar otro jabalí que emprendió una veloz carrera por encima de Perrozo en dirección a la pradería de Lluebas. “Va a tou ciscu….”, avisaban los monteros. El marrano llevaba una buena ventaja a los perros y tenía que cruzar la barrera de los puestos. Aquí se la jugaba, o cara o cruz, uno de los dos eventos tendría que ocurrir. El primer susto le recibió del rifle de Manuel Relea que disparó cuando el jabalí estaba bastante lejos. Ahora tocaba cruzar otra barrera donde estaba Felipe y los disparos volvieron a retumbar, pero el jabalí pudo respirar fuerte saliendo indemne de la batalla. Lo que parecía una cruz se quedó en la cara. No es muy normal que Manuel y Felipe dejen pasar oportunidades como ésta, pero así es la caza, unas veces se acierta y otras…..

Pero no había terminado aquí la cacería. Los perros de Berto, el de San Miguel, que una vez más estaba de invitado, levantaron un hermoso jabalí que cogió de sorpresa al montero que le pasó muy cerca. A Berto no le dio tiempo nada más que hacer un disparo, pero el jabalí siguió su marcha llegando donde estaba Manolín Heras que estaba de invitado. Manolín le soltó un pepinazo, el jabalí rodó unos metros y cuando el cazador fue a ver la recompensa el jabalí había desaparecido. Le metieron los perros y lo único que supieron es que el marrano había salido fuera del lote en dirección a Torices. “Nunca vi tan de cerca un jabalí tan grande, seguro que pesaba bastante más de 100 kilos”, comentaba más tarde Berto, que seguro que habrá visto unos cuantos.

Eran ya las cuatro de la tarde y Chanchel mandó recoger los perros y bajarse para Ojedo donde les esperaba un exquisita comida-cena y la habitual tertulia que siempre se establece entre los cazadores. Ahora a descansar un mes para volver otra vez al monte, que será en Arabedes.

Informó: Angel