Primeros  días del año 2025 y la cuadrilla 103 volvió a subir al monte, precisamente al  monte de Bedoya, donde cazó hace unos días y bajó con el cupo. Hoy va a  intentar repetir el acierto de la anterior ocasión. 
              A las ocho  de la mañana ya estaban todos los cazadores en Ojedo para recibir las  instrucciones del jefe de la cuadrilla. “Vamos a empezar por la Pandilla, la  Burdia y Retorturas hasta Canal Mayor, cubriendo por la zona alta de la  cordillera. Seguro que vamos a encontrar jabalís pues por esa parte hace ya  bastante tiempo que no se les molesta. Si no logramos el cupo, por la tarde  vamos a echar la zona de Cobeña, que dice José Angel que anda por allí un  jabalí muy grande”, les explicaba Chanchel. 
              Una vez colocados  los puestos entran en acción los monteros y pronto suenan los primeros  disparos. En Cantu Pinau estaba hoy de puesto Primo que se quedó asombrado al  ver asomar un rebaño de jabalís que subían de la parte de Llandelestal. “No sé  los que eran, no los conté, pero pasaban de seis”, comentaba luego el cazador. Primo  los esperó, pero solamente uno de ellos tuvo la osadía de acercarse al cazador que  necesitó un par de disparos para ver al marrano dar cuatro saltos y quedar allí  tieso. Era el primero de una soleada mañana. De los restantes nadie supo más, posiblemente  se meterían a resguardo entre los peñascos del Canchalón.  
              De nuevo  sonaron varios disparos a lo lejos…., “A ver quién tiró…….”, preguntaba el jefe  de cuadrilla. Nadie respondía, hasta que por fin el joven Manuel Cuevas cogió  la emisora para decir que allí tenía un hermoso jabalí. “Primero le tiró mi padre,  comentaba, pero no le dio. Venía muy deprisa y cuando se acercó a mi creí que  se me escapaba, pero al segundo disparo le dí en todo el costillar. Aquí le  tengo”, explicaba el bueno de Manuel que de esta manera se estrenaba en la temporada.   
               La cuadrilla  103 en su mayoría son gente ya veterana, pero también con algunos jóvenes que  no se quieren quedar atrás a la hora de cobrar piezas. Hoy, a lo realizado por  Manuel Cuevas, hay que sumar a su amigo David Fuente, que estaba de puesto en  Sandelasierra, un lugar donde se puede divisar de lejos a los jabalís, ya que  en esta época del año, los helechos están ya por los suelos. David estaba oyendo  a los perros muy excitados que no salían del Llanu Cerezal. “Seguro que tienen  allí jabalís”, pensaba David. Y no se equivocaba ya que minutos más tarde los  sabuesos lograron levantar a un marrano y sacarlo al despoblado. Jabalí y  perros emprendieron la ruta hacia Sandelasierra donde estaba David, que le dio  tempo a quitar el seguro del rifle y esperar a que llegase el jabalí. El  corazón le latía fuertemente y el pulso……, bueno el pulso creo que estaba  controlado, porque cuando el marrano estaba cerca, le soltó un disparo y el  jabalí dio un bote pero siguió su marcha. David intentó tirarle de nuevo y …. la  bala no salíó. “Me cago en tal….., esti rifle no vale pa ná….. Se me  encasquilló y el jabalí se escapó…..”, anunciaba un frustrado y hundido David. Enseguida  llegaron los perros y a pocos metros de donde estaba el cazador se pararon para  morder al jabalí que David daba por huido y allí estaba ya tieso. “Síííí, cayó,  le maté…..., creí que se había escapau y aquí está”, voceaba con ganas David  que ahora ya no hablaba mal del rifle. 
       El que tampoco habla mal del rifle es Manuel  Relea que estaba cerca de Canalmayor y digo que no hablaba mal porque solo  necesitó un disparo para detener un marrano que venía buscando la escapatoria.  Manuel no se lo permitió.  
              En Jayumenudu  estaba Francis que quiso demostrar que los de Lamasón son finos a la hora de  disparar. Hoy lo volvió a hacer ya que pudo detener a un hermosos jabalí que  pretendía superar la barrera de los puestos. Era ya el segundo jabalí que mata  este año Francis.   
              Estaba ya el  monte recorrido y Chanchel mandó recoger los perros y “vamos un rato a echar la  zona de Cobeña hasta la Sieta. Nos falta uno para hacer el cupo y en Cobeña hay  jabalís”.  Y claro que los había y para  demostrarlo en la Badarca los perros de Aquilino dieron con un hermoso jabalí,  que no quería salir de un urcial. Los perros entraban, salían, ladraban, daban  vueltas, pero el marrano allí seguía. De vez en cuando parecía que los perros  se calentaban más. Las voces del montero tampoco servían para mucho. “Me va a jo….  los perros”, pensaba Aquilino. Por fin el jabalí decidió salir pero no fue muy  lejos ya que las balas del rifle de Aquilino  se lo impidieron. 
              Era ya el  número seis de la jornada y Chanchel mandó recoger los perros y “vamos a Ojedo  que nos están esperando”. Allí pudieron disfrutar de una rica comida, a la vez  que comentaban las incidencias y aventuras de la jornada. Lo que está claro es  una cosa: la cuadrilla 103 solo sabe cazar en Bedoya, en casa. En el momento  que juega fuera, se arruga y no es capaz de salir a flote. A ver la próxima  semana que tienen que ir a Poda.        |