|  Primera cacería de la temporada  para la cuadrilla 103 y como suele suceder casi siempre, la primera cacería siempre  es emotiva y hasta un poco inquietante. Hoy toca cazar en el lote de Canales  que comprende terrenos desde el pueblo de Cosgaya hasta cerca del puerto de San  Glorio. El jefe de la cuadrilla, Jorge Cuevas, ya había anunciado a los  cazadores que la cita de hoy se iba a adelantar media hora porque, al ser la  primera cacería, el tiempo de los papeleos ante la guardería se iba a alargar.  Así que a las 7,30 de la mañana ya estaban todos en el pueblo de Cosgaya para  tal efecto.
 “Este año no se ven por aquí muchos  jabalíes, aunque alguno sí que hay. El otro día vieron a un par de ellos pasar  en dirección a las Ilces”, comentaba Francisco que es de Cosgaya y por lo tanto  buen conocedor del monte.         Una vez cumplido con los trámites  burocráticos, los cazadores se dirigieron a sus puestos y aún no habían entrado  los monteros cuando se oye el primer disparo. “Quién tiró?.....”, preguntaba sorprendido  el jefe de la cuadrilla por la emisora. Nadie contestaba, hasta que por fin se  oye: “Fui yo, resulta que estaba preparando los bártulos en el puesto y oigo un  ruido detrás de mí. Miré para atrás y era un jabalí que entraba en el lote. Me  salió por la espalda y cuando quise disparar ya estaba bastante lejos. Me  parece que no le di porque siguió la ruta a toda la velocidad”. Quien así se  expresaba era Felipe que no daba crédito a la rapidez con que se desarrollaron  los hechos.   No tardaron los perros en coger  demanda, lo que parecía buena señal en el sentido de que había jabalís en el  lote. “Atentos que llevan un jabalí, atentos….”, voceaban los monteros. Y  atentos estaban, ya que unos 500 metros por encima de Cosgaya estaba Pablo, el  de Colio, que  sabe de sobra cómo hay que  parar los pies a los marranos. Le vio venir y le dejó acercarse hasta tenerle a  unos 15 metros para meterle un tiro que le hizo rodar unos metros por la dura  pendiente hasta parar contra un haya. Era un buen ejemplar, de unos 70 kilos.  Buena pieza para el estreno de la temporada tanto para Pablo, como para  la cuadrilla.
 Poco después fueron los perros de  Rubén los que también levantaron de su encame a otro jabalí. Después de dar  unas cuantas vueltas detrás suyo, nadie supo dónde se pudo meter, porque a los  puestos no salió, o por lo menos nadie le vio.          El calor apretaba y los perros  eran los que más lo acusaban. Bien es verdad que casi todo el lote es un hayedo  y donde hay hayas siempre se respira frescor, pero hoy estábamos a más de 30  grados.            Pero tuvieron que ser de nuevo  los incansables perros de Rubén los que volvieron a sacar tajada y levantar  otro jabalí. “Atentos los que estáis en Cogollos que ahí os va unu…...”,  avisaba el montero. Pero el jabalí, que se las sabía todas, pasó por encima de  donde estaba situado Francisco, el de Cosgaya, que nada podía hacer para  dispararle por la gran distancia que había. Pero a veces ocurren cosas raras y hoy  fue una de esas veces. Los perros lograron darle la vuelta y el marrano se  presentó delante de Francisco que disparó. El jabalí dio un salto y pretendió seguir su  marcha, pero le fallaron las patas delanteras. Estaba ya herido de muerte y  pocos metros más adelante se acostó para no volver a levantarse. Su peso andaba  por los 50 kilos.         Eran ya las 2,30 horas de la tarde y  aquello parecía ya un horno, así que Jorge, con buen criterio, cogió la emisora  y avisó a sus compañeros: “¿Qué os parece si lo dejamos?. Los perros  ya no pueden con el alma….., así que recoger todo y nos bajamos hasta Camaleño.  Voy a llamar ahora mismo a Marisol, la del  “Caserío”, para que nos prepare la comida”. “Oye….,  ¿la vas a pagar tú con los fondos de la cuadrilla?”, le responde alguien. “Menos  cachondeo…..”, contesta Jorge.  Y así, entre bromas, se dio por finalizada la  cacería donde se mataron dos jabalís y donde los perros acusaron el aún escaso  entrenamiento que tienen y el calor reinante durante la jornada, pero todos  contentos al llegar a Camaleño para degustar la comida y sobre todo refrescarse con  unas cervezas. Fotos enviadas por Abelín y Marisol González  |