Después de suspenderse el pasado Domingo la cacería por el mal tiempo, el jueves se pudo cazar en Bicobres Norte, aquí en Bedoya. En esta ocasión no había muchos ánimos entre los cazadores. “Llevamos casi toda la semana mirando el monte y apenas que hay jabalís. Lo pocu que se ve es en la parte alta, por Retorturas, Jayumenudu.…., si matamos un par de ellos, nos podemos dar por contentos”, avisaba David a sus compañeros.

 “Como dice David, vamos a echar la parte alta del lote, y vamos a cerrar desde Sardanes, la Burdia, Retorturas, el Collau, Cantu Pinau y por la otra parte desde Sotoja a Canal Mayor. Hay un poco de nieve, pero poca cosa. Los monteros van a entrar por Sotoja y Sardanes. Otra cosa,  me dice el guarda que hoy NO se puede disparar al lobo, así que si le veis, dejadle en paz que hay bastantes ovejas aquí en el pueblo para socorrerle”, les avisaba Jorge, el jefe de la cuadrilla.

Cuando se estaban colocando los puestos, fue Ceci el que avisa por la emisora: “Estoy por encima de Jayumenudu y esto parece una pista de baile. Está muy andau de los jabalís. Se ven los resclaves  en la nieve todavía frescos y entraron para el lote unos cuantos jabalís. Vinieron de la parte de Cahecho y deben de ser un ejércitu porque está el monte tou revueltu”.

Una vez colocados los puestos, que por cierto se tardó bastante por la dificultad de llegar hasta ellos, se mandó entrar los monteros y lo que parecía que iba a ser un día anodino, se estimuló por el mensaje de Ceci.

Para corroborarlo no tardaron tampoco en aparecer los disparos. El primero en disparar fue Manuel Relea que estaba en Sandelasierra. Desde allí pudo observar cómo dos jabalís subían por la pendiente procedentes de Llanu Cerezal. Se veían de maravilla porque había una ligera capa de nieve que los resaltaba aún más. “Vienen para acá……”, pensó Manuel, que subió unos metros más arriba para cortarles el paso. Le dio tiempo a prepararse y cuando los tenía ya metidos en la mira del rifle, tumbó al primero de un disparo. El segundo jabalí corrió la misma suerte de su compañero con los dos disparos que lanzó el cazador. “Aquí tengo dos macarenos, no son muy grandes, pero están muy gordos…….”, avisaba un radiante Manuel.

 “Estoy viendo ocho jabalís en Llandelestal, vienen hacia acá….”, avisaba Abelín que estaba apostado en Canal Mayor, en el puesto más alto. “Vienen en pelotón….., atentos Ceci y  Francis, que nos vienen derechos. Vamos a tener fiesta.…..”.

Pummm, pummmm, pummmm, pummmm, pummmmm ….., parecía que se venía abajo la Peña de las Segás. “Maté un jabalí…….”, avisaba Francis. “Yo creo que maté dos, pero unu no le veo, voy a mirar…...”, avisaba Abelín. “Sí, sí….., aquí está dando las últimas patás….., pero venían más y se volvieron”. “A mi me llegó unu y le tiré, pero marchó heridu..…, va dejando un rastru de sangre, no puede ir muy lejos……. ”, anunciaba Ceci, que  estaba más abajo, en la “Matuca del osu”. “Voy a ayudarte, a ver si damos con él…..”, le avisaba Felipe. Con la ayuda de un perro fueron tras el rastro de sangre hasta que por fin dieron con el jabalí en medio de Lobá que estaba ya dando las últimas bocanadas. Allí le remataron.

“Acabo de ver un lobu….., sube por la Valleja de San Pedro y por aquí mismu, donde estoy yo, pasó no hace mucho tiempo. Están marcadas en la nieve las pisás…….”, anunciaba Abelín desde su azotea de Canal Mayor.

Eran las once y media y ya había seis jabalís preparados para bajar en los remolques. Otros prefirieron tratar de urdir a los cazadores para adentrarse a la zona de donde habían llegado la noche anterior: para Cahecho. Pero una cosa son las intenciones y otras el poder conseguirlo, porque allí en el paso, en Canal Mayor, estaban Abelín y Francis y de nuevo se armó la marimorena. Disparos a discreción, hasta que por fin el fuego se calmó y entonces llegó el “parte de guerra”. “Aquí tengo a otros dos jabalís para la cuenta…..”. El que así se expresaba era un eufórico Abelín que de ésta manera lograba el cuarto jabalí, por lo que su euforia estaba más que justificada.

“Yo maté otro…....”, avisaba Francis, que estaba situado unos metros más abajo que Abelín y que tuvo que hacer un par de disparos para ver al marrano a merced de los perros de Rubén y de Pepe.

En la Patatera estaba de puesto Serafín Alles y estaba oyendo los ladridos de los perros de David y de Aquilino en Sierratoja. “Si sale a los praos le acribillo…..”, pensaba el cazador. Y así sucedió, en cuanto el marrano salió a los praos de Sardanes, Serafín le metió en la mira del rifle y le dejó acercarse. Un único disparo fue suficiente para dejarle tumbado.

Eran ya casi las tres de la tarde y Jorge avisa que había que recoger los perros y “vamos a echar la parte de abajo, de San Pedro a la Cabanilla y los que estéis por la zona de Jayumenudu tenéis que subir a ayudar a arrastrar los jabalís que se mataron en Canal Mayor”. 

Parecía que el cambio no había sido todo lo bueno que  se esperaba porque los perros no cogían demandas. El tiempo apremiaba hasta que por fin en Cantu de las Huertas salen dos jabalís a toda velocidad. El uno cogió la ruta hacia el Caldillu. Allí estaba Chanchel que le lanzó un par de disparos. “El cabrón va heridu, va mediu arrastrándose, pero siguió por ahí abajo. Atentos los que estáis en la Calleja de Sária”, avisaba el montero.  A los pocos minutos sonaba otro disparo en los Huertos de Sária y ……, “aquí le tengo, ya le está mordiendo Palomo”. El que así se expresaba era, cómo no, Abelín, que de ésta manera lograba la manita. No todos logran matar cinco marranos en el día, pero Abelín es capaz de lograr eso y lo que le echen. ¡¡¡Un hurra por él…..!!!!.

Su compañero (me refiero al otro jabalí) tomó la ruta de Jaltrabe, cruzando por Sarrullá hasta llegar a Prauredondu donde estaba de puesto Benjamín, que no le hizo falta gastar mucha munición ya que con un único disparo fue suficiente para ver al marrano patas arriba. Eran ya las cinco de la tarde y se había logrado el cupo. Así que Jorge cogió la emisora para avisar a sus compañeros que la cacería se había terminado. “Coger los perros y vamos todos a San Pedro”.

Una merienda-cena en Ojedo, donde los Guardo, remató la bonita jornada que resultó mucho mejor de lo esperado. Y como colofón, Jorge les avisó que: “La cacería que tenemos pendiente y que se anuló, os aviso que ya se hizo un nuevo sorteo y la vamos a echar el Domingo día 19 en el lote de Dobra-Regaos”. Sin duda una gran cacería para rematar la temporada.

(Información de Abelín)