Después de seis meses pateando los montes lebaniegos, la temporada de caza para la cuadrilla 103 se cerró ayer en el monte de Barajo, un lote que está por la zona de Buyezo y San Andrés. Como todas las mañanas que hay cacería, los cazadores de la cuadrilla se reunieron en Ojedo para presentar las acreditaciones y recibir las recomendaciones de Chanchel, el jefe de la cuadrilla.

“Estuvimos viendo el monte y la verdad es que apenas se ven rastros. En la parte alta no se puede cazar porque está cubierto de nieve.  Vamos a empezar a echar desde Buyezo a Lamedo y luego bajaremos más abajo”, les comentaba el jefe de la cuadrilla.

Frío, mucho frío hacía cuando los cazadores llegaron a los puestos. Al frío se unía la brisa y una fina agua que en la mayoría de las veces era granizo. No era el día ideal para ir de caza, pero así hay que tomarlo. A todo esto, hay que añadir que hoy faltaban, por diversas causas, varios cazadores; los que sí abundaban eran monteros y perros. Solo había que esperar a que hubiera también jabalíes.

Una vez colocados todos empiezan los sabuesos a recorrer el monte desde Buyezo a Lamedo, pero “aquí no hay nada”, avisaban los monteros. Como el territorio no era muy extenso, pronto se recorrió y en vista del poco rendimiento, Chanchel mandó cambiar los puestos para echar desde el puente de San Cosme hasta Buyezo.

Ni rastro, no salió nada y el nerviosismo empezaba a cundir entre los cazadores, a la vez que las granizadas que caían lo realzaban más. “Menos mal que no tuve que tirar porque tengo los deos de las manos y de los pies que no sé si son míos o de quien son”, comentaban por la emisora.

Pasaba ya del mediodía y Chanchel mandó cambiar los puestos por tercera vez. “Vamos a echar desde San Andrés hasta Buyezo. Vamos a hacerlo por el otro lado de la carretera”. Por fin, los perros de David encontraron algo de trabajo y levantaron tres jabalís de su madriguera. Estaban los tres juntos, seguro que dándose calor unos con otros, pero en cuanto oyeron los perros se levantaron para emprender carrera.

Hoy ya queda dicho que faltaban escopetas y no se pudo cerrar bien el lote. Y como los jabalís de tontos tienen muy poco, se las ingenian para colarse por donde no hay obstáculos. Así ocurrió con uno de los tres jabalís que le tiraron por dos veces desde bastante lejos, pero logró quedarse en el monte y esperar al año que viene, pues éste año ya no hay más cacerías.

El segundo jabalí corrió igual suerte que el anterior, pero a éste ni lo vieron; únicamente se dieron cuenta de él cuando llegaron los perros y comprobaron que se había colado entre Primo y el invitado Parra.

Quedaba el tercero que todavía merodeaba por el monte con los sabuesos detrás. Había que afinar porque la cuadrilla corría el riesgo de terminar la cacería sin tocar pelo. Pero hoy la cuadrilla había invitado a un cazador del pueblo de San Andrés llamado Manolín Heras que conocía todos los vericuetos de la zona y esperó detrás de un haya caída hasta que le llegó la presa. Un disparo fue suficiente para avisar a la cuadrilla que se habían estrenado.

Era ya la media tarde y Chanchel, en vista de que no allí no había nada de hacer y de que la gente se quejaba del frío, mandó recoger los perros y “vamos todos a Ojedo que hoy nos está esperando una sopa calentuca”.

En los Guardo de Ojedo se reunieron todos para calentarse por dentro y por fuera dando cuenta de una merienda-cena a base de entremeses calientes sopa de pescado y huevos con patatas y picadillo. En principio era la última cena de la temporada, pero en la mesa surgió la idea de hacer otra comida en los próximos días para celebrar el éxito de la temporada; una temporada fabulosa en que se mataron 46 jabalís, quedando la cuadrilla en la segunda posición de la provincia que más jabalís mató. Se quedaron a dos de los primeros, pero eso es sólo una anécdota, lo principal es que se acabó la temporada y no hubo que lamentar nada malo, lo único la pérdida de algún sabueso que sufrió las “caricias” de los jabalís. Por lo demás, todo perfecto. Ahora a limpiar las armas y guardarlas en los armeros que el mes de Setiembre está ya a la vuelta de la esquina.