Gran
jornada para el valle de Bedoya la vivida el pasado Domingo. A las 7
y media de la mañana ya estaban parte de los cazadores en San
Pedro porque hoy corresponde cazar en Bicobres, en nuestro monte, y
la expectación, los ánimos y la ilusión era grande.
“Hoy hay que bajar el cupu” (10 jabalíes),
susurraba algún componente de la cuadrilla 103. “Con
algunu menos hay que conformarse” refutaba alguien más
precavido. “Pues si están bien y si están pinaos
(los jabalíes) ya me encargo yo de agachalos las orejas”,
fanfarroneba otro.
Excelente la mañana, unas nubes
altas impedían de momento ver el sol, pero pronto se fueron disipando
para dejar un perfecto día para la cacería que se empieza
por la Fuente Taruey. Se va a barrer desde allí hasta Canal Mayor,
ya que se sospecha que en esa zona hay bastantes jabalíes. Y
la sospecha no era vana ya que muy pronto, a las 9 y media de la mañana,
los perros de Berto cogen demanda en Cabrasarnosa y allí empezaba
la fiesta.
“A ver, los que están
en la Burdia, atentos, que ahí os van a salir ” se
oía por la emisora.
“Ahí os va unu grandísimu, a ver Jesus y Francisco
atentos, que es mas grande que un burru…., va a salir por encima
de la Patatera…. atentos…”
!!
Pum ….¡¡¡¡ y silencio por todas partes.
En unos segundos nadie se atrevía a hablar hasta que se vuelve
a escuchar una nueva detonación, una tercera y una cuarta….,
pero nada ni nadie se atreve romper el hielo para saber el resultado.
Hasta que por fin, un valiente interroga: ¿Hicistis algo?.
No lo sé...., balbuceaba el joven Francisco. Creo
que le di, pero luego se metió por un escobal y le perdí
de vista; voy a ver el resultado. Se hizo larga la espera hasta
que por fin Francisco, casi sin poder hablar, comunica que tiene ante
sus pies un jabalí “que es muy grande”.
Cuando llegan los perros y monteros junto al jabalí, aquello
parecía una fiesta. ¡Esti sí que es un jabalí,
ésti es de los de antes….! comunicaba Berto a todos
los componentes de la cuadrilla por la emisora.
Y sin tardar mucho, se vuelven a oír
más disparos. Ramón, el de Cosgaya, que hoy estaba de
invitado en la cuadrilla, de un certero disparo echó por tierra
un macho de unos 60 kilos. Eran las 10 de la mañana y ya se habían
cobrado dos piezas, aquello prometía y seguro que el cazador
que había vaticinado el cupo, creía que iba a acertar.
Y no era para menos, ya que debajo de la Peña las Segás
también había refriega. A Nel le salen tres buenos ejemplares.
Nel y el Mauser
Diré que Nel estaba hoy de estreno.
Vamos, que estaba como los niños con zapatos nuevos. Estrenaba
un rifle Mauser; con aquello era imposible fallar, así que en
cuanto ve que tiene los tres jabalíes a su alcance, ni corto
ni perezoso se echa el rifle a la cara y pum…., pum… pum,
pero los marranos cada vez corrían mas, emprendiendo su huida
por la Valleja de San Pedro hasta Cuetu Jermosu, por la mitad de la
Peña de las Segas.
¡Me cago en la puta escopeta y la madre que la parió….!
balbuceaba Nel. Poco le faltó para lanzar el Mauser peña
abajo, dado el cabreo que tenía. “Me lo dijo mi madre
ésta mañana, lleva la escopeta de siempre, que ya la conoces….”.
Eran
las 12 y cuarto, cuando la voz de Chanchel se oye por le emisora: “Atención,
muchachos, os tengo que dar una buena noticia". El silencio
era sepulcral. Creo que hasta los perros dejaron de ladrar. “Me
acabo de enterar que Tasín acaba de ganar la Alquitara de Oro
en la Fiesta del oruju en Potes, así que alegraros todos y ahora
a seguir matando jabalíes que hoy hay que armarla….”
. Nadie echó un viva, pero seguro que todos llevaron una
inmensa alegría por la noticia.
Pero la cacerí seguía y al joven Manuel, otras veces fiel
escudero de Nel, quiso dejar mal a su mecenas y de un certero disparo,
nervios aparte, hizo rodar a un macho de unos 60 kilos en la Selva.
Era ya el segundo jabalí que mataba en su corta vida y la alegría
del muchacho era patente.
A Canal Mayor iban llegando primero jabalíes
y luego los perros. Aquellos intentando urdir a los cazadores y bien
que lo consiguieron y los que no lo consiguieron contaban con la poca
puntería de los otros, así que unos tras otros se fueron
pasando de los puestos. Bueno, todos no, ya que el que se acercó
por las inmediaciones a Manín llevó su castigo; era una
hembra de setenta kilos y primero un disparo para seguir con un par
de ellos hizo que hincara las rodillas. “Creo que solo le
di con el primero”, pero fue suficiente.
Por la tarde se echó la zona de Cobeña pero sin resultado
positivo; los perros ya estaban cansados y los ánimos satisfechos
y se dio por terminada la cacería.
Toque de campanas en Pendes
Se pudo lograr el cupo, pero seguro que
a Francisco, por poner un ejemplo, ya le daba igual. Francisco de la
Vega es un joven cazador de Pendes, que se estrenaba este año
en una cuadrilla de caza. Es un muchacho delgado, de poco peso, pero
a la vez es jovial, discreto y con los trastos bien armados. Había
que ver su cara de satisfacción al recibir tantas felicitaciones.
Seguro que su coche, nunca subió tan deprisa ni con tanta soltura
por la carretera que asciende a Pendes y eso que llevaba cargados los
110 kilos que llegó a pesar el animal.
A Pendes llegó ya de noche, pero ya le estaban esperando y qué
mejor recibimiento que tocar las campanas para que salieran los vecinos
a felicitar al héroe. Allí estaba todo el pueblo, en la
plaza, contemplando al cazador y a la pieza. Seguro que a Francisco
el día de hoy no se le va a olvidar tan fácil. Era su
bautismo como cazador y el jabalí le doblaba su peso. No es de
extrañar que por la mañana equipararan al marrano con
un burro.
Por la noche, en Esanos, Tito se encargó
de preparar una deliciosa paella para todos, donde el vino, y el orujo
de Bedoya, gran triunfador de la Alquitara de Oro, hicieron que la noche
resultara más placentera.