Cuadrilla 141

Una manita de la cuadrilla 141

Jorge I el conquistador …

 

Decía en la crónica anterior que la cacería de hoy era esperada con mucha expectación por los cazadores porque la zona de Panda Carrielda (Camaleño) es quizá el mejor lote de Liébana, por lo menos es de donde más jabalíes se suelen bajar.

Amaneció un día espléndido después de la tromba de agua y viento del día anterior que dio lugar a inundaciones por la zona y el río Deva arrastraba, además de mucha agua, piedras, maderas y todo lo que encontraba a su alrededor.

Tino, como jefe de cuadrilla, se decide a batir por la mañana la zona que se extiende desde el río de Lon hasta Mogrovejo y, una vez asignados y repartidos los cazadores en sus puestos, da la orden de entrada en el monte a monteros y perros.

Pronto cogen demanda y pronto suenan también los primeros disparos con suerte diversa ya que Jorge (padre) hizo rodar un marrano para lo que necesitó de tres disparos; sin embargo los tiros seguían sonando pero con resultado negativo, hasta que los perros condujeron otro marrano hasta los aledaños de donde se encontraba Chucho, el de Cobeña, que de un certero disparo le mandó a dormir. Y como ya se acercaba la hora de comer, Enrique, el de Turieno, tuvo que dejar el bocadillo en el suelo cuando le avisan por la emisora que iba a tener visita, y como no quería compartir la comida con nadie, despachó de dos tiros al tercero de la mañana.

Por la tarde se cambia para la zona de Pembes y nuevamente Jorge logró derribar al cuarto, pero los tiros seguían retumbando, señal de que había jabalíes. ¡Vaya día el de Jorge ....! Seguro que no se le olvidará, porque dos jabalíes en el mismo día no los mata cualquiera. El de Trillayo fue el gran conquistador del valle de Camaleño.

Y ya se daba casi la cacería por concluida, cuando los perros sacan de su encame un jabalí que se dirige hacia la zona por donde merodeaba Francisco, el de Cosgaya, que necesitó de tres disparos para tumbar el quinto del día que, como no hay quinto malo, tenía muchos kilos encima.

Y así terminó la quinta cacería de ésta cuadrilla. Se logró la manita y ahora las ilusiones están puestas en la del próximo sábado que se echará en Bicobres Norte, en casa, y que ya será la última de la temporada y, se haga lo que se haga, creo que se cumplió con creces.

Por la noche, en el mesón de los Llanos, hubo otra traca, por ésta vez no de disparos, sino de buen apetito y buen humor, donde los cazadores departieron mesa y mantel entre las anécdotas de la jornada, las ocurrencias y la ingeniosidad de todos.

CUADRILLA 31