Cuadrilla 31

Tres jabalís para rematar la temporada

¡Papa... llevaba la boca abierta y casi me come....!

 

Llegó la última batida para la cuadrilla 31 y corresponde el lote de Barcenilla - Carrascal; para los menos entendidos, diré que éste lote se encuentra por la zona de Lomeña y Piasca.

La mañana se presentaba muy buena, aunque en los partes meteorológicos se escuchaba la inminente llegada del mal tiempo con nieve incluida. Hoy el día estaba frío y la niebla campeaba en las zonas altas, pero parecía que no sería ningún inconveniente para el buen desarrolo de la cacería. Entre los cazadores había buen ambiente y mucha ilusión. La temporada, en términos generales, no fue muy boyante, pero había que sacar lo atrasado y todos abrigaban esa ilusión. Además había indicios de que los jabalís merodeaban en el lote; ahora había que dar con ellos y luego rematarlos, que se dice mejor que se hace.

El punto de reunión para hacer las obligatorias acreditaciones ante la guardería de Medio Ambiente fue en Puente Asnil y allí Tasín, como jefe de cuadrilla, fue repartiendo a los tiradores que partieron hacia sus puestos, mientras perros y monteros esperaron a que se les diera la orden de entrada en el lote.

Se empezó colocando toda la orilla del rio desde Puente Asnil hasta el cruce de Yebas, cubriendo tambien la riega de Yebas y la de Tabarniego, entrando los monteros por el cruce de Puente Asnil hasta el pueblo de Ubriezo. Pero no habia ningun jabalí, todo apuntaba a que la cacería iba a salir como las anteriores y que íbamos a bajar del monte de vacío.

Pero todo cambió cuando, por la tarde, se echó toda la zona de la Aceñaba. Se cubrio desde el pueblo hasta el Pando, que es un collado que hay donde acaba la praeria.

Cuando se estaban colocando los tiradores se oye por la emisora: "Anoche anduvieron por aquí un rebañu de ellos, hay muchas pisás...". Y tenía razón ya que pronto los perrros cogieron demanda y les soltaron pero como es un escobal muy espeso y sucio, solo salían de uno en uno. Aquello parecía el rosario de la aurora. Uno, otro, otro.... y todos salian hacia la zona donde estaban Roberto y Basilio, pero hoy no era el día de éstos cazadores. "Hasta 17 tiros conté, pero ni un solo blanco" comentaba luego Miguelín. Hasta que le salio el cuarto al joven Marcos, el nieto de Vidal, que de un solo tiro lo derribo, era un marrano de unos 40 kilos.

No había pasado mucho tiempo de la refriega anterior, cuando le sale otro a Ruben, el de Los Cos, que de otro tiro acaba con la vida del jabalí.

Cosa curiosa: aquello parecía una mina, cada vez que entraban los monteros al escobal, salía uno, "que cabrones... cómo se amagan y cómo aguantan, que casi los pisamos y no salen", comentaba el montero Juan Carlos por la emisora.
Seguidamente salió otro y fue a parar donde estaban Roberto y Basilio y para no perder la costumbre le dejaron que tomara las de Villadiego. ¡Iros pa casa...! les decían los compañeros.

Miguelín, entre tanto, que estaba en el puesto mas alto de la caceria y lo estaba viendo todo, hasta 7 jabalies, se le acabo la paciencia y aunque estaban muy lejos (de 300 a 400 mts.) los empezó a tirar de panda a panda, pero era un tiro larguisimo, casi imposible, hasta que se cebó con uno y de cuatro tiros que hizo, dos hicieron diana, pero no lo suficiente para acabar con el marrano. "Será cabrón..., desde dónde le esta tirando y casi le mata..." se oía por la emisora. Pero este año no fue el año de Miguelín, que no llegó a estrenarse.

Pero los jabalís seguían saliendo de aquel escobal, de uno en uno pero no acababan. Miguelín había llevado con él a su hijo Marcos que estuvo todo el día en silencio, viendo y aprendiendo del comportamiento de su padre. Dejó a su hijo en el puesto y él se cambió unos cien metros y el jabalí fue a salir por donde estaba el muchacho. !Papa..., llevaba la boca abierta y casi me come...! gritaba a su padre asustado. El jabalí le miró de reojo y siguó su camino pero entró de lleno en territorio donde ese encontraba Adolfo, de Los Cos, que este año se estrenaba cazando y por lo menos ha terminado bien la temporada. "Ya cayó, ya cayó....! Tantu tiru, tantu tiru y nada. Teneis el deu muy caliente. Aprended de un vieju: un tiru en la cabeza y secu..." les decia a su hijo y a su yerno (Roberto y Basilio) por la emisora y es que hoy ambos tuvieron un día nefasto.

Así terminó el día y así terminó la temporada, sin ninguna duda mucho mejor que como comenzó. Ahora queda reflexionar; asimilar todo lo bueno que se hizo y profundizar en lo malo para poder darle alguna solución en el futuro y sobre todo recrearse de las buenas jornadas vividas durante la temporada, que fueron muchas. Animo, que Setiembre queda cerca…..

CUADRILLA 31