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Fernando Gómez de Bedoya y de Bulnes

 

Mitad del siglo XVIII. En el pueblo de San Pedro vivía el matrimonio formado por don Antonio Gómez de Bedoya y doña Francisca de Bulnes, ésta natural del pueblo lebaniego de Argüebanes. Tuvieron varios hijos: Fernando, Antonio, Julián…... Nosotros nos vamos a centrar en Fernando que vio la luz de este mundo en el año 1.770 en el citado San Pedro de Bedoya.

No es difícil imaginarse cómo sería la niñez y juventud de Fernando. Sus padres eran de los más pudientes del valle y le mandarían ir a la escuela de las primeras letras en Esanos, a la vez que recibiría una sólida y gratificante educación religiosa.

Sus progenitores eran dueños de unas buenas fincas, de un rebaño de cabras y de una cabaña de vacas y bueyes. Para todo ello contaban con la ayuda de la servidumbre y tenían como norma entregar parte de sus ganados en parcería (a medias) a otras personas más necesitadas, tanto del valle de Bedoya como fuera de él. Por entonces, ésta práctica era muy habitual. Los propietarios de los animales, a la vez que también se beneficiaban ellos, daban a otros campesinos la oportunidad de conseguir alguna renta aportando solo el trabajo ya que la “materia prima” se la facilitaban.

La parcería consistía en una cesión de animales entre su dueño y un "llevador". Primeramente se valoraban los animales de acuerdo entre ambas partes. El contratado tenía la obligación de mantenerlos y entregar la mitad del valor de los productos a su venta. La diferencia entre la primera valoración y la que origina su venta, se divide entre los dos. Si es mayor se reparte entre ambos y si es menor, lo pierden los dos, a partes iguales. Lo mismo ocurría con la descendencia de los animales. De ésta manera el campesino obtenía beneficios porque le proporcionaban productos para su consumo sin tener que hacer desembolsos importantes. Era un régimen ventajoso para ambas partes, aunque quizá mayor para el propietario.

Descendencia

El día 6 de Febrero del año 1.796 se casa en San Pedro don Fernando Gómez de Bedoya con una joven descendiente de Quintanilla (Lamasón) de nombre Rosa Gutiérrez de Valverde. Fijaron su residencia en el mismo San Pedro y procrearon doce hijos, a saber:

- Domingo Baltasar, que “nació el día de los Santos Reyes del año de 1.797 y le llevó Dios el día 7 de Noviembre de 1.800” .

- María Cruza que nació el día 28 de Abril de 1.798. Se casó con Santiago de las Cuevas (fallecido en 1.851) y se fueron a vivir primeramente a Cobeña y luego a Esanos. De éste matrimonio nacieron nueve hijos y tienen como descendientes, entre otros, a los hermanos Juan, Francisco, Mariano, Nemesio, Eudosia y María Cuevas. Agueda y Sabina de las Cuevas. Laureana, Benita e Isabel Gaipo. Manuel, Luis y Guadalupe Cuevas. Santiago Dobarganes….

- Juana Antonia, que nació el día 6 de mayo de 1.801 y que luego se casaría con su tío don Francisco Gutiérrez (ver su biografía). De éste matrimonio descienden Avelina, Margarita, Federico y Petra Cuevas

- Juan Francisco que nació el 18 de Abril del año 1.802 y que luego se ordenó de sacerdote en el año 1.829. Fue párroco, entre otros lugares, de Torices y Ojedo. Falleció en Aliezo, donde residía, en el año 1.876.

- Angela Josefa que “nació el día del Angel de la Guarda del año 1.804. La llevó Dios a los cuatro meses, de viruelas”.

- Isidora Manuela, que nació el 18 de mayo de 1.805. Se casó con don Juan Gómez de Terán, natural de Bárago. No tuvieron descendencia.

- Cecilia Isabel, que nació el 22 de Noviembre de 1.806. “La llevó Dios en 19 de Mayo de 1.808, murió de sarampión”.

- Rufina Isabel, que nació el 10 de Julio de 1.808, y se casó en el año 1.827 con don José Gómez de la Canal, natural de Frama, (fallecido en el año 1.851). Fijaron su residencia en el pueblo de Cabariezo y en el año 1.848 tuvieron una hija.

- Antonio Manuel, que nació el 13 de Julio de 1.811 y que luego casaría con doña Faustina de Lamadrid, natural de Torices. Vivieron en San Pedro de Bedoya y de ellos descienden entre otros, Pedro, José, Rosario y Angeles de la Vega, vecinos de Pendes. Los hermanos Santos, Felisa, Jesús, Manuel y Sabina Soberón.

- Angela María que nació el 15 de Agosto de 1.813 y que se quedó soltera, viviendo muchos años con su hermano sacerdote, Juan Francisco.

- Francisca Cruza, que nació el 14 de Setiembre de 1.814. También se quedó soltera y como su hermana Angela, pasó una gran parte de su vida como ama de llaves de su hermano sacerdote. Falleció en el año 1.876.

- Pedro Antonio, que nació el 27 de Julio de 1.816. Fue su padrino don Pedro Gómez de la Cortina, dignidad de chantre de la Catedral de México. Se libró de ir a quintas porque pagó 9.500 reales que era lo que se pedía para tal menester. Estando aún soltero, emigró a varios países americanos, Puerto Rico, Cuba, México….; en la capital azteca estuvo trabajando de Mayordomo en casa de don José Gómez de la Cortina y en el año 1.850 regresa a España, acuciado porque su futura suegra y a la vez hermana, le escribe y dice “que si has de venir a ser mi yerno, hazlo cuanto antes porque la novia levanta ya por encima de mi más de dos pulgadas y ya la andan pretendiendo por aquí …..”. Así que Pedro la hace caso y regresa solícito para unos años más tarde casarse con su sobrina carnal Ambrosia Gutiérrez (casi 20 años más joven). A las tres de la mañana, se casaron en la Iglesia de San Sebastian, en Ojedo, dándoles la bendición de la Iglesia su hermano don Juan Francisco Gómez de Bedoya, que ejercía de párroco de dicha iglesia. De éste matrimonio nacieron cinco hijos, y aunque algunos de ellos se casaron, no tuvieron más descendencia.

Estos fueron los doce hijos que tuvo el matrimonio compuesto por Fernando y Rosa. Para criarlos, tuvieron que trabajar mucho, aunque siempre se valieron, como queda indicado más arriba, del soporte de la servidumbre, tanto para las labores domésticas, como las correspondientes a la labranza y ganadería.

Capellanía

Entre sus muchos cargos, Fernando fue durante muchos años Mayordomo de la ermita de San Pedro de Toja y de la parroquia de San Pedro y a la vez fue el encargado de cobrar los réditos de un capital de 60.000 reales de una Capellanía, titulada de Santa Bárbara, que había fundado, en el año 1.800, un tío de su mujer que estuvo en México (don José Valverde): El capital estaba repartido entre los pueblos de Camasobres, San Salvador (ambos de Palencia), Vendejo y personas particulares de Caloca y Ojedo, en Liébana. Entre las diferentes cláusulas de ésta Capellanía, existía una que emplazaba a la comisión de éstos pueblos a venir hasta San Pedro para hacer efectivos los pagos de dichos réditos, pero a veces ocurría que no acudían. La economía estaba mal y se “olvidaban” de pagar y era el propio Fernando el que se tenía que desplazar a cobrar a dichas localidades. No siempre lo lograba y tenía que volver de vacío para casa. Los réditos que cobraba, se repartían entre la familia y a la vez tenía que aplicar varias misas por el fundador de la Capellanía.

Otras fuentes de ingresos de las personas más pudientes, eran los censos, o imposiciones de capital. En el pueblo de Viñón en el año 1.819, Fernando impuso la cantidad de 9.500 reales procedentes de los réditos que redimieron los del pueblo de Camasobres. Se hizo una escritura censual, hipotecando varias propiedades para recuperar su valor en caso que no pagaran. El capital se puso a un 3%, en total 285 reales, que era lo que tenían que pagar al año. En el mismo pueblo de Viñón compró las fincas que eran propiedad de la escuela; seis fincas entre tierras y prados.

Salud

Su mujer, Rosa, padece una grave y fatídica enfermedad que no puede superar, y “se la llevó Dios para sí, a las dos de la madrugada del viernes 12 de Febrero del año 1.836, a los 40 años y seis días de nuestro matrimonio y a los 61 de edad”, dejó escrito su apenado esposo Fernando.

Pocos años después otro grave contratiempo se va apoderando del cuerpo de Fernando. En el año 1.841 empieza a notar que se está quedando ciego y que apenas ve. Sus hijos salieron en busca de facultativos por varias partes y poco consiguieron porque Fernando se queda definitivamente sin vista y no puede siquiera echar una firma, ni por supuesto trabajar, desentendiéndose de todos los negocios de la labranza.

Además, su hijo Pedro, que estaba en México de Mayordomo con don José Gómez de la Cortina, no gozaba tampoco de mucha salud y para colmo no escribía al padre, que temeroso, llegó a inquietarse tanto por su suerte, que temía hubiera muerto.

Sus otros hijos, Antonio, Angela, Francisca y Manuela, fueron los que principalmente le asistieron en su enfermedad. Ellos también sufrieron mucho, pues “en más de dos meses no tomaron cama a resultas de unos dolores que se le fijaron en una pierna”.

Fernando, viendo que ya se acercaba a sus últimos días, decidió hacer testamento y a los expresados hijos los mejoró en una onza de oro a cada uno, aunque tuvo pruebas de amor de parte de todos sus restantes hijos. “Todos me ayudan y hacen por mí lo indecible. Si no me ayudan más, es porque no pueden; el que más puede, es el que más me ayuda”, decía Fernando.

Después de arrastrar durante varios meses la enfermedad, a las 7 de la mañana del día 25 de Abril de 1.847, fallece don Fernando Gómez en su cama de San Pedro de Bedoya. ”Tres días antes de morir, nos reunió a toda la familia, llamándonos de uno en uno para consolarnos. En sus mayores padecimientos, era él quien nos consolaba a nosotros. Sólo le partía el corazón por no llevar a la otra vida el consuelo de decir adiós a su hijo Pedro, que estaba en México".

"A pesar del sufrimiento que padecía, aún pedía a Dios que le enviase más dolores, que todo lo que padecía, no era nada comparado con los dolores que Nuestro Señor padeció en su Sacratísima Pasión. No dejó de decir de su boca, hasta el último suspiro, los dulces nombres de Jesús, María y José. Solo el santo Job le pudo exceder en paciencia. En cincuenta días recibió al Señor en su cama por tres veces. Una el día de Ceniza, por Viático. Otra la semana de Pascua por cumplir con ésta y en la misma semana por ganar el jubileo que concedió Su Santidad al ocupar la silla de San Pedro. De la cama, se fue su alma a la Gloria.” De ésta manera dejó constancia de sus últimos momentos, su yerno don Francisco Gutiérrez.

- José Angel Cantero - Marzo 2.010

 

 

Manuscrito de Don Fernando Gómez donde reclama el pago de un Censo a la villa de San Salvador (Palencia)
Ilustres

- Teodoro Gómez Mayo
- Pablo Gaipo Albarrán
- Ángel Gutiérrez González
- Concepción Arenal
- Todos los condes de la Cortina
- José Justo Gómez de la Cortina
- Manuel Monasterio Gutiérrez
- Sor Josefa Herrero del Corral
- Pedro Gómez de la Cortina
- Julia Emma López Roca
- Lucio Vicente López Lozano
- Francisco Aguilar Piñal
- Juan Gómez de Bedoya
- Ángel Salceda y Antonia del Corral
- Félix de las Cuevas González
- Vicente López y Planes
- Ramón de la Vega Alonso
- Esteban Cuevas González
- Fernando Gómez de Bedoya
- Francisco Gutiérrez de Valverde
- Sor Estéfana de las Cuevas Salceda
- Sor Felipa de las Cuevas Salceda
- Mariano Cuevas y Cuevas
- Gaspar de Celis y de la Canal
- Juan Manuel de las Cuevas Movellán
- Lucas de Celis Gómez de Bedoya
- Felipe Cuevas Gómez
- Gerardo Cantero González
- Pedro Antonio Gómez Haza
- Moisés de las Cuevas Caviedes
- Rosa Mayo Barrallo
- Pilar Peña Gutiérrez
- Nemesio Cuevas y Cuevas
- Angel Soberón Vega
- José María Bedoya González
- Alfonso Gutiérrez Cuevas
- Mena Sánchez Cuevas
- Luis de las Cuevas y de las Cuevas
- Jorge de las Cuevas Gómez
- Nicolás de las Cuevas Cabiedes
- Primo Cuevas Alles
- El Marqués de Morante
- Condes de la Cortina

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Alberto, Mané y Sara - 10-04-10

Realmente fascinante este relato (como todos). Recordar como se vivía hace solo unos centenares de años atrás - y como eran. Gracias por mostrarnos tantos interesantisimos recuerdos de este Valle los que lo habitaban. Abrazos de Tenerife.

belen - 25-04-10

impresionante la historia de esta familia, una vez mas, enhorabuena.
 
 
 
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