Julia Emma López Roca Famosa cantante argentina de tangos que actuó bajo el seudónimo de Dinah Lang Ya hemos detallado en anteriores ocasiones la repercusión y alcance que tuvo el apellido López de Santiago, originario del valle de Bedoya, en Argentina. Cuando Domingo López de Santiago Cantero partió de San Pedro de Bedoya rumbo a Buenos Aires (año 1780) nunca pudo imaginar que de unas sencillas tiendas, donde vendía géneros para el abasto, comestibles y bebidas, iba a emerger una estirpe tan suntuosa. Poco a poco los descendientes de Domingo López, gracias al trabajo y a la educación recibida, se fueron acomodando en la alta jerarquía de la vida bonaerense. Así encontramos a políticos de renombre, célebres escritores, insignes abogados, profesores universitarios, versados historiadores, etc., etc. Pero en lo que nadie se había distinguido, dentro de dicha familia, era alguien que sobresaliera como una estrella dentro del mundo del cante: Se trata de una mujer de nombre Julia Emma López Roca. Sus ascendientes Un bisnieto de don Vicente López y Planes, que fue Presidente de la República, de nombre Gustavo Carlos López, se casó en el año 1911 con una distinguida dama de nombre Julia Blanca Roca, también perteneciente a la alta sociedad, ya que su abuelo, Rudecindo Roca, fue un ilustre general del Ejército argentino. Un año más tarde de la boda, el día 20 de Setiembre de 1912, en la ciudad de Buenos Aires, fruto de dicho matrimonio, nació una niña llamada Julia Emma López Roca. Poco la faltó a Julia en su infancia. Era hija única y todo lo que había en casa, que encima era mucho, era para ella. Se instruyó en los mejores colegios de la ciudad platense adquiriendo una brillante formación académica, a la vez que se perfeccionó en el aprendizaje de varios idiomas, que, dicho sea de paso, se le daban muy bien. Pero su sueño desde muy chica fue dedicarse a cantar, algo que, como queda dicho, nunca se había distinguido su familia, que, por otra parte, nunca aprobaría tal profesión donde la intención de ser actriz o cantante era algo inimaginable, casi prohibido. Por lo menos eso era lo que imaginaba Julia Emma. Era inconcebible que una tataranieta de D. Vicente López y Planes, nieta por parte paterna de D. Lucio López Lozano, y nieta materna del general Rudecindo Roca se exhibiera en un escenario para cantar tangos. Pero la perseverancia y el tesón de la joven propició que, a escondidas y sin maestros, emprendiese dicha actividad artística. De forma secreta ante su familia, Julia Emma se iba presentando en todas las emisoras de radio de la ciudad bonaerense. Era el mejor medio para darse a conocer. “Yo quería pasar a la historia como otras actrices o cantantes de la época, como Tita Merello, Sofía Bozán o Tania, pero siempre que me presentaba en una radio me decían lo mismo: Tenemos demasiados cantantes de tango, ¿por qué no intenta otra cosa?”, narraba Julia Emma en una entrevista al periódico LA NACION. Una de esas emisoras era Radio Stentor, un canal que había iniciado sus transmisiones en el año 1933 y trasmitía desde los salones del Hotel Castelar donde se habían instalado sus estudios. En febrero de 1934 la mítica Radio Stentor organizó un gran concurso para elegir un cantante. El premio era un interesante contrato de trabajo. Con poco más de 20 años, a Julia Emma se le presentó una oportunidad y decidió probar. Como sabía cantar en inglés, francés y portugués la inscribieron como cantante internacional. “Me asignaron el número 306. Tenía 22 años, pero como mi familia estaba veraneando en Mar del Plata, después de presentarme ante el jurado tuve que viajar urgentemente a la costa junto a mis padres. Cuando mis amigas escucharon que el ganador era el concursante número 306, estallaron. El problema era cómo viajar de nuevo a Buenos Aires sin que la familia se enterara de que yo era la ganadora”, agrega. Julia compartía una amistad inestimable con Luisa, una gobernanta y cómplice alemana que la acompañaba siempre a todos lados. “Entre las dos inventamos que tenía una molestia en una muela y que era imprescindible que consultara a mi dentista en Buenos Aires, el doctor Beines. Partimos y así pude asistir a la gran comida donde me entregaron el premio. ¡Fue una noche inolvidable…..!”. Tuvo de vecinos de mesa nada menos que a Tania, famosa actriz y cantante de tango española que realizó la mayor parte de su carrera en Argentina y al compositor Enrique Discépolo, con quien Tania mantenía una relación sentimental. Pero surgió otro problema. Julia Emma no quería, bajo ningún concepto, que se enterara su familia de su nueva actividad, más que nada por prejuicios sociales. Tuvo que recurrir de nuevo a su amiga Luisa y entre las dos decidieron que había que cambiar de nombre, había que inventarse un seudónimo. En un local de la calle Libertad, muy cerca del Teatro Colón, Julia Emma había escuchado, meses atrás, a una extraordinaria cantante norteamericana que se llamaba Dinah. “La admiraba y decidí tomar su nombre. Pero, por las dudas, Luisa me propuso que me agregara un apellido para hacerme más irreconocible. Así nació Dinah Lang….., pensé que mi familia nunca se enteraría”, nos sigue relatando en el citado periódico. Un año y medio después, una tarde de octubre de 1935, su madre se detuvo ante un quiosco de revistas. De pronto, reparó en la portada de una de ellas. Era una revista muy popular titulada “Sintonía” con el nombre de Dinah Lang…. . “¡Qué parecida es a mi hija......”, pensó su madre, pero …… “¡si es mi hija…..!”. Se armó un gran alboroto en la familia. “Yo era hija única y mi familia quería a toda costa que dejara de cantar. Pero me puse firme, expliqué que había firmado un contrato y tenía que cumplirlo. Poco a poco los ánimos se fueron serenando y así pude continuar mi carrera”, nos narra en la citada entrevista. Dinah Lang cantó y grabó con las mejores orquestas: Don Dean, Eduardo Armani, Santa Paula Serenaders y René Cóspito. En el año 1936 graba un disco con Francisco Lomuto. A fines de los años 40, por su resistencia a afiliarse al partido peronista, tuvo que dejar de actuar, ya que nadie la contrataba. Aunque era tal su vocación que continuó actuando en reuniones privadas, donde deleitaba a los presentes con tangos que tenían letras creadas por la propia intérprete, con un humor satírico y referidas a políticos, especialmente a ex presidentes. La canción que le dedicó a Perón fue especialmente exitosa. “Todos me decían por qué no la anotaba y la publicaba, pero yo siempre respondía, medio en broma, medio en serio: ¿Y si vuelve?. Mi sospecha se cumplió unos años más tarde cuando Perón volvió y fue presidente. Soy muy intuitiva…...”. En los veranos se iba a Brasil y, gracias a una amiga de su madre, Ravolina Müller, cantaba en las radios de Río de Janeiro. De todos modos, en privado, pudo volver a su viejo sueño: “cantar tangos para sus amigos, cantar para los que uno quiere”. “Soy muy amiga de Mariano Mores, un músico argentino, pianista, compositor y editor de orquesta de tango. Una temporada estaba tocando en el hotel Hermitage, de Mar del Plata, y me acerqué para saludarlo. Le dije: ¿Qué te parece si te canto “La Calesita” y vos me acompañás con toda tu orquesta?. Aceptó y todo el mundo aplaudió a raudales y después Mariano me felicitó. Fue una linda experiencia”, nos sigue narrando. Julia sigue cumpliendo años y aún con 90 años sus admiradores sostienen que, como el ineludible Carlos Gardel, cada día canta mejor. Tres años atrás, en La Verdad de la Milanesa, un local con espectáculo de Antonio Gasalla, cantó y ganó un premio, y el propio humorista quiso tentarla con un contrato: “Le agradecí, pero me gusta cantar así, para la gente que quiero, sin horarios, ni urgencias... sólo por el gusto de cantar, como cuando era muy chica…...”. Fallecimiento Pero llegó el día que su voz se apagó. El 14 de Junio de 2005 doña Julia Emma López Roca, Dinah Lang, falleció en Buenos Aires a los 92 años. Con su desaparición se extinguió una figura que, a lo largo de una vida fecunda, supo dejar tras de sí el respeto y la admiración de cuantos la conocieron. Julia Emma fue dueña de una gran personalidad en la que se revivían las virtudes recibidas de sus mayores y se reconocían los rasgos de su carácter tenaz y bondadoso, como sus múltiples colaboraciones con entidades dedicadas al bienestar de los chicos carentes de recursos. Su sepelio se realizó en el cementerio bonaerense “Jardín de Paz”. Fuentes: http://www.acciontv.com.ar/soca/ancho/ines/fiesta.htm José Angel Cantero Cuevas - Junio 2016 Añade un comentario acerca de Julia Emma López Roca |
- Celestino Cuevas González |
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