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Ángel de Salceda y Antonia del Corral

Benefactores del valle

Desgraciadamente pocos son los datos que dispongo sobre la vida del matrimonio compuesto por D. Angel de Salceda y Dª Antonia del Corral, vecinos de Esanos. Únicamente voy a reseñar las referencias que sobre ellos tenemos en los Libros de la Parroquia de San Pedro de Bedoya.

“En la Yglesia Parroquial de S. Pedro de este valle de Bedoya a siete días del mes de Mayo de mil setecientos setenta y dos yo, D. Juan Manuel de Monasterio, cura propio de este valle, bapticé con la solemnidad que el Ritual Romano previene, a Angel Alonso Estanislao Gregorio, hijo lexítimo de Angel de Salceda y de Manuela Gómez de Bedoya, vecinos del lugar de Esanos, de este valle, habiendo nacido el día veinte de Abril próximo. Fueron sus abuelos……..”. Así empieza la partida de Bautismo del que luego sería conocido como Angel de Salceda, prescindiendo de los otros tres nombres que le impusieron en su Bautismo.

Ángel fue el cuarto de cinco hermanos y nació en el seno de una familia culta y hacendada. Como refrendo diré que, aparte de las tierras de labranza, recogían aproximadamente 5.000 litros de vino (200 miedros). En el catastro de bienes declarados figuran con el número cinco entre los más hacendados del valle. Una tía carnal suya, Catalina Salceda Morante se había casado con Pedro Gómez de la Cortina y fueron padres de Vicente Gómez de la Cortina, conde de la Cortina.

Presumiblemente Ángel cursaría algún tipo de estudios y luego por su posición social, sus actividades y sus negocios, disfrutó de una buena posición económica, aunque no dejó nunca de trabajar poniéndose al frente de la hacienda paterna al fallecimiento de su padre (año 1799).

Por referencias y como mera anécdota, diré que en el año 1822, un primo suyo, Fernando Gómez de Bedoya, le debía 123 reales y en un viaje de éste a Santander, le trajo, como pago de la deuda, “unos antiojos”, varias herramientas de carpintería y 5 cuartas de bayeta (tela) de Palencia.

Poco más puedo añadir de la juventud de D. Ángel, únicamente que debido a que disfrutaba de un suculento nivel económico, se podía permitir el lujo de prestar, o dar a crédito su dinero en Censos hipotecarios. ¿Qué es un Censo hipotecario?. Es un dinero invertido como préstamo por el que se cobra un interés anual, obligando además al que disfruta de él, a hipotecar, como seguridad del prestamista, parte de sus bienes. Todo esto regulado por una escritura pública.

Así, en 15 de marzo de 1831, suscribió un Censo Hipotecario a los vecinos de Celada, Jurisdicción del Partido de Cervera del Río Pisuerga, por un importe de 6.000 Reales, a razón de un 3% de intereses. Todos los años, en el citado 15 de Marzo, debían de entregar a D. Ángel 180 reales correspondientes de los réditos.

En dos de Julio de ese mismo año de 1831 con los mismos términos y condiciones colocó otro Censo a los vecinos de Polentinos, también de la Jurisdicción de Cervera del Río Pisuerga, por un importe de 14.000 Reales de Vellón en monedas de oro y plata, que tenían que pagar de réditos 420 reales anualmente puestos en casa del citado D. Angel de Salceda o en la persona que le sucediese. La fecha de la entrega debía de ser el mes de Julio de cada año, y si por cualquier causa no se satisfaciera, D. Angel mandaría a una persona hasta Polentinos a cobrar, debiendo pagar los vecinos 400 maravedís cada día de salario a la persona que enviase, contando la jornada de ida, la estancia y la vuelta, según consta en la Escritura que constituyeron. D. Angel Salceda, como medida de seguridad del dinero prestado, hipotecó una finca a cada uno de los 36 vecinos de Polentinos.

Viendo que su vida ya se acercaba al final, en 12 de Abril del año de 1842 hace su testamento en Potes, por testimonio del escribano real y numerario de dicha villa D. José García de la Hoz. En esa misma fecha y ante el citado escribano hace también una escritura pública para la trasmisión, como propietario, de los dos citados Censos a la Ermita de Nuestra Señora, en Esanos. La una, 6.000 reales de principal y 180 reales anuales y la otra 14.000 reales Vellón de capital y 420 de réditos.

“Como legítimo dueño de sus bienes, para después de su muerte, D. Angel de Salceda cede, renuncia y traspasa dichos Censos para siempre jamás en beneficio de la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, del lugar de Esanos, prohibiendo, como expresamente prohíbe, que ninguna autoridad civil, eclesiástica ni militar pueda en ningún tiempo mezclarse directa ni indirectamente en la recaudación de dichos censos, ni sus réditos, pues esto correrá siempre a cargo de los Patronos de dicha ermita…..”.

Pocos años después, “en 15 de Agosto de 1845 murió D. Angel de Salceda. Recibió los santos sacramentos de Penitencia, Viático y Extremaunción. Tenía hecho testamento en 12 de Abril de 1842 con el encargo que a su entierro, novenario y cabo de año, asistiesen todos los señores sacerdotes que pudiesen ser habidos en este valle de Cillorigo”.

En la cláusula tercera de dicho testamento, “mandó que en todas la Parroquias y Ermitas de éste valle de Bedoya, se dijese una misa por su ánima. Y además, una a la Virgen del Brezo, otra a la de la Luz, otra a Santa Lucía, otra en la Cámara Santa de Santo Toribio, y que se pagase por cada una ocho reales. Mandó, además, por su alma y la de sus obligaciones hasta el número de mil Misas, inclusas las locales expresadas, pagándose por cada una cuatro reales".

En la clausula cuarta mandó que, “verificado su fallecimiento, se impongan 10.000 reales a Censo, o en la forma que más bien parezca a sus albaceas, para que sus réditos o productos se inviertan en ésta forma: 20 reales en pago de una mentación perpetua por su ánima y la de su difunto hermano D. José Salceda que se hará en la Iglesia de San Pedro de Bedoya; y lo restante en la limosna de 30 Misas anualmente que ha de decir a razón de 10 reales cada una el señor cura párroco de ella y sus dos sobrinos D. José García de la Lama y D. Juan Gutiérrez, presbíteros. Y en falleciendo éstos dos, les sustituirán para celebrar dichas misas, en unión del párroco, los que fuesen de las Parroquias de Salarzón y Cobeña y por el orden que van nombrados, siendo su expresa y deliberada voluntad que por ninguna disposición de Ley dada, o que se diere, se pueda en tiempo alguno dar a los indicados 10.000 reales censo o fincas en que se impusieren, ni sus réditos, otra aplicación más que la de mentación y Misas que deja referidas..…..”

En la claúsula séptima mandó “que un huerto que había comprado en Rilón, después de los días de su mujer Doña Antonia del Corral, sea para el maestro de escuela, para que lo disfruten todos los encargados de ella, sin que ninguno pueda venderle, y instituyó y nombró por su único y universal heredero a su sobrino D. José García de la Lama, presbítero capellán en el Concejo de la Vega .........., fue sepultado su cuerpo en el Campo santo y para que conste lo firmo dicho día, mes y año. D. Marcos Mediavilla.”

Al margen de la Partida de defunción hay una nota, firmada por Don José Barrallo, que dice: “el uno de Noviembre de 1922 se redimieron las Misas fundadas y las mentaciones en Salarzón y en Bedoya”.

Antonia del Corral

Pocos años después del fallecimiento de sus padres, Don Angel de Salceda contrajo matrimonio, concretamente el día 20 de Noviembre de 1807, en la Iglesia Parroquial de San Vicente de Castro, con la jovencísima, también de acomodada familia, Antonia del Corral, hija de Francisco del Corral (Castro) y de Felipa Mier, natural de Potes. Fueron padrinos de boda Antonio Gómez de la Cortina y Antonia Gómez, vecinos de Salarzón. Fijó su residencia en Esanos y en su matrimonio no tuvieron descendencia.

Antonia del Corral, nació como queda dicho en el lugar de Castro, alrededor del año 1890. Fue una mujer muy cristiana, con grandes virtudes caritativas y benéficas. En el año 1851, siendo cura de la parroquia de San Pedro D. Santos Gutiérrez, donó la casa rectoral que está en Esanos.

Dª Antonia falleció ya muy anciana, concretamente el día 4 de Setiembre de 1875 en el citado Esanos. En su testamento dispuso “que a su entierro, novenario y cabo de año asistiesen todos los señores curas de éste valle de Cillorigo y además que se aplicasen 1.300 misas de seis reales cada una. Las mil por el alma de la otorgante, cien por el alma de su difunto esposo y padres, otras cien por penitencias mal cumplidas y las ciento restantes por las ánimas del purgatorio.

Ordenó también que por espacio de dos años se pusiese la ofrenda sobre su sepultura y que como devoción particular se dijese una misa en San Pedro de Toja, otra a Nuestra Señora de los Ángeles y otra a San Miguel.

Dejó ordenado también que se diesen 320 reales para el alumbrado de la Santísima Cruz en Santo Toribio. Y además que se distribuyesen a los pobres, parientes de la finada, cuatro cargas de trigo, y otras cuatro a los pobres, no parientes, de Castro y de Bedoya, distribuyéndolo los albaceas según lo creyeren más conveniente, y autorizándoles, a la vez, para perdonar en parte o en todo, según les aconseje su prudencia, las cantidades que se adeudan a la otorgante por personas pobres o con muchas obligaciones de familias cristianas y honradas……. “.

Esta fue, a grandes rasgos, la vida de éste matrimonio, que tuvo siempre presente y vivió con una inquebrantable fe cristiana, adornada de las virtudes tanto teologales como morales y humanas, acordándose también de la gente más necesitada del valle. La virtud es una disposición firme para hacer el bien a los demás. Tanto D. Angel Salceda como Dª Antonia del Corral la supieron ejercer, no solamente predicándola, sino llevándola a la práctica.

José Angel Cantero - Octubre de 2014

 
Casa en Esanos donde previsiblemente vivieron D. Ángel de Salceda y Dª Antonia del Corral
Casa rectoral donada por Dª Antonia del Corral

 

Ilustres

- Teodoro Gómez Mayo
- Pablo Gaipo Albarrán
- Ángel Gutiérrez González
- Concepción Arenal
- Todos los condes de la Cortina
- José Justo Gómez de la Cortina
- Manuel Monasterio Gutiérrez
- Sor Josefa Herrero del Corral
- Pedro Gómez de la Cortina
- Julia Emma López Roca
- Lucio Vicente López Lozano
- Francisco Aguilar Piñal
- Juan Gómez de Bedoya
- Ángel Salceda y Antonia del Corral
- Félix de las Cuevas González
- Vicente López y Planes
- Ramón de la Vega Alonso
- Esteban Cuevas González
- Fernando Gómez de Bedoya
- Francisco Gutiérrez de Valverde
- Sor Estéfana de las Cuevas Salceda
- Sor Felipa de las Cuevas Salceda
- Mariano Cuevas y Cuevas
- Gaspar de Celis y de la Canal
- Juan Manuel de las Cuevas Movellán
- Lucas de Celis Gómez de Bedoya
- Felipe Cuevas Gómez
- Gerardo Cantero González
- Pedro Antonio Gómez Haza
- Moisés de las Cuevas Caviedes
- Rosa Mayo Barrallo
- Pilar Peña Gutiérrez
- Nemesio Cuevas y Cuevas
- Angel Soberón Vega
- José María Bedoya González
- Alfonso Gutiérrez Cuevas
- Mena Sánchez Cuevas
- Luis de las Cuevas y de las Cuevas
- Jorge de las Cuevas Gómez
- Nicolás de las Cuevas Cabiedes
- Primo Cuevas Alles
- El Marqués de Morante
- Condes de la Cortina

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Roberto Velasco Serrano - 26-03-15
 revs@ono.com

Para aclarar una duda y concretar el personaje, preguntaría: ¿Antonio Gómez de la Cortina, que fue su padrino de boda, era Pedro Antonio Gómez de la Cortina. marido de Catalina de Salceda Morante hermana de su padre Angel de Salceda Morante, o bien era otro personaje que no localizo? Atentamente.

José Angel Cantero - 26-03-15

La Partida de matrimonio de Angel de Salceda y Antonia del Corral reza así:" ........ Fueron sus padrinos D. Pedro Gómez de la Cortina y Dª Antonia Gómez, vecinos de Salarzón. Fueron testigos Manuel de Soberón y Gabriel de Verdeja, vecinos de éste (Castro), y por verdad lo firmo junto con el padrino y un testigo dicho día, mes y año. D. Pedro Mediavilla Fresno". (Rubricado). Pero curiosamente es la única firma que hay (la del oficiante); el padrino y el testigo no firmaron.

En referencia a tu pregunta me inclino que a que el padrino no fue Pedro Antonio Gómez de la Cortina, entre otras razones porque en el año de la boda (1807) Pedro Antonio tenía ya casi 70 años, una edad ya bastante avanzada para aquellos tiempos. Estoy convencido que el padrino fue un hijo del dicho Pedro Antonio Gómez de la Cortina y de Catalina de Salceda, de nombre Pedro y que tenía una edad muy aproximada a la del contrayente (Angel Salceda).

 

 
 
 
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