Moisés
de las Cuevas Caviedes, capellán castrense
Moisés de las Cuevas Cabiedes nació el 25 de Noviembre del año 1.897 en San Pedro de Bedoya. Sus padres fueron Francisco de las Cuevas, natural de Pumareña y Francisca de Caviedes, de Esanos, los cuales tuvieron seis hijos, a saber: Gabino (1.896) Moisés (1.897), Samuel (1.901), Celestino (1.903), David (1.908) y María Dolores (1.911).
Francisco, su padre, como la mayoría de los jóvenes de su época, había tenido que emigrar en el año 1.887 a Argentina, regresando para contraer matrimonio y fijar su residencia en Pumareña, en la casa de los Mojones, para luego asentarse en el pueblo de San Pedro donde vivirían por el resto de sus días. En este pueblo vive en la casa solariega conocida en la actualidad como “la casa de Ceballos” donde se hizo cargo, trabajó y administró las fincas de dicha posesión perteneciente por entonces a la señora Dª Asunción de Hornedo, que residía en Potes.
Las condiciones de vida en los principios del siglo XX eran complicadas. En San Pedro, como en toda Liébana, se vivía prioritariamente del campo y de unas pocas vacas. Francisco, como cabeza de familia, tuvo que trabajar lo indecible para sacar adelante a sus hijos que iban creciendo tanto en edad como en número. Gabino, el hijo mayor, sigue el camino que años antes había emprendido su padre y con catorce años coge también rumbo a la Argentina. Su otro hermano, Moisés, en el año 1.910 le mandan sus padres a estudiar a la Universidad Pontificia de Comillas, pero con las lógicas y sensatas reservas paternas. "Como no me alcanza la sal al agua, no podré tenerle allí mucho tiempo; tengo muchos hijos y si solo voy a educar a uno y los otros destinarlos a pastores...., que para eso está bien preparada la educación en Bedoya….", comentaba su padre. Su idea era tenerle allí unos años para adquirir un poco de cultura y luego regresar al pueblo.
Pero animado por una parte de las excelentes notas que sacaba Moisés y por otra de las alabanzas de sus educadores que veían en el niño dotes, conducta, comportamiento y aptitudes fabulosas para que algún día pudiese llegar a ser un buen sacerdote, fueron pasando los años hasta que llegó el año 1.921 en que es ordenado sacerdote.
Es una costumbre ancestral que cuando se celebra el cantamisas de un hijo del pueblo, se celebre su primera Misa de una forma festiva. Todo el pueblo se vuelca para hacer una celebración por todo lo alto. En ésta tradición está incluido el besamanos, realizado al final de la ceremonia, de esa manera el sacerdote recibe y saluda cada uno de sus familares, amigos y resto de vecinos. D. Moisés cantó su primera Misa en la Iglesia Parroquial de San Pedro de Bedoya, el día 2 de Octubre del año 1.921, teniendo como padrino de capa a D. Eduardo Barredo (sacerdote) y padrinos seglares a D. Manuel Ceballos y a Dª Sofía de Huidobro, que vivía en Potes y le regaló un alba confeccionada en tejido de lino con un elaborado y artístico bordado. En la actualidad, dicha alba, está depositada en la parroquia de Potes.
Un tiempo atrás, el 1 de Agosto de 1918, como el resto de los jóvenes españoles, Moisés había ingresado en la Caja de Reclutas de Torrelavega, pero como estaba realizando los estudios religiosos, solicitó una prórroga que se le concede hasta el año 1.921.
Terminada la prórroga militar y acabados sus estudios, Moisés tiene que incorporarse a filas, siendo destinado al Regimiento de Pontoneros, en Zaragoza. Así, en Enero de 1.922 prestó juramento de fidelidad a la bandera y fue nombrado Capellán auxiliar del Ejército y destinado al Regimiento de Infantería Gerona nº 22, también en Zaragoza, hasta Junio de 1.924 que pasó a situación de licencia limitada.
Su tiempo en la mili no le causó ningún trauma y quedó cautivado con el estilo de vida de la milicia, donde la justicia y la disciplina eran factores innatos en su personalidad. Moisés sabía que la disciplina consiste en saber conciliar dos necesidades de la vida diametralmente opuestas, de modo que se mantengan en sus justos límites: La de una obediencia puntual, para mantener el orden y trabajo y a la vez la de libertad e independencia, propias de la personalidad humana.
Moisés fue una persona de modales esmerados, familiar y a la vez severo y parco, profundamente reservado, pero caluroso en sus afectos. De constitución fuerte, con una estatura cercana a los 180 cm, de rostro moreno, nariz aguileña, prominentes ojos negros, dueños de una mirada vivísima. Poseía una inteligencia poco común y con unos conocimientos muy completos. Su fe en Dios fue para él, en todo momento, fuente de esperanza y fortaleza espiritual.
Queda dicho que la vida militar cautivó a Moisés y en Mayo de 1.925 ingresó, previa oposición, en el Cuerpo Eclesiástico del Ejército con el grado de Capellán de Segunda, siendo destinado al Batallón Cazadores de Africa nº 10 en Larache, en la Plana Mayor, a las órdenes del comandante D. Eladio López Rosas.
En la época que hablamos, el nivel de analfabetismo en el ejército era muy grande, rondando el 80 %. Ante estas desoladoras cifras, el Ministerio del Ejército decide instituir una Academia de Analfabetos en todos sus cuarteles. Moisés se hace cargo en el año 1.926 de la Academia de Analfabetos del Batallón, donde ejerce la enseñanza. Pero le acecha un nuevo destino: en el año 1.928 es trasladado al Regimiento de Artillería Garellanao nº 43, de guarnición en Bilbao, donde también ejerció simultáneamente de capellán y encargado de la Academia de Analfabetos de aquel regimiento.
Con fecha 19 de Diciembre de 1.930 el Exmo. Sr. Ministro del Ejército, manifiesta que el Gobierno ha visto con satisfacción el alto espíritu y su actuación en los “sucesos de estos días", siendo la voluntad de Su Majestad el Rey que se haga constar así en su documentación.
En 24 de Abril de 1.931 firmó promesa de fidelidad y adhesión a la República. En ese mismo año, en Junio, es destinado a situación de disponible forzoso y el 22 de Julio de ese mismo año le fue concedido el retiro, causando baja en el Cuerpo Eclesiástico del Ejército.
Durante la Guerra Civil Española, en Junio de 1.938, fue destinado a la División 31 y en Mayo de 1.939 al campo de concentración de Palencia.
En Mayo de 1.942 se le comunicó por telegrama postal del Jefe del Estado Mayor de la 2ª Región, recibido en Potes por conducto de la Guardia Civil de aquel puesto, la concesión de la Medalla de Campaña y de una Cruz roja del Mérito Militar, "como recompensa ejemplar e inmediata de hechos y servicios muy notorios realizados frente al enemigo".
El 10 de Diciembre de 1.945 se le concede la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo “por su constancia e intachable conducta en el servicio”, pensionada con 600 pesetas anuales el primer año y en los siguientes con 1.200 pesetas.
Una vez que dio por terminados sus servicios a la Patria , D. Moisés tiene que ponerse a las ordenes del Sr. Obispo Diocesano (hasta entonces dependía del Vicario General Castrense) para ocuparse de su misión sacerdotal, teniendo varios destinos. Terminada la guerra, fue párroco de Viñón en Liébana, posteriormente pasó al pueblo de Salarzón. Estuvo también durante una temporada en la parroquia de San Vicente de la Barquera. Y en épocas distintas y durante varias ocasiones, de la parroquia de San Pedro de Bedoya. En ésta misma parroquia tuvo un gesto que llamó mucho la atención entre los feligreses: El día de Jueves Santo del año 1.952 lavó los pies a doce niños y entregó 30 duros (150 pts) a los más pobres de cada pueblo. Este hecho fue muy bien acogido por los feligreses que alabaron su predisposición y generosidad para socorrer a los más necesitados.
Producto de sus muchos años en el ejército D. Moisés había generado un patrimonio importante y compró un solar con huerta y molino en el pueblo de Esanos donde levantó una casa. En octubre de 1.951 decide venderla y con el dinero recaudado, fundó dos becas como ayuda a nuevos seminaristas en sus estudios: una de las becas la fundó en la Universidad Pontificia de Comillas (año 1.956) con un capital de 100.000 pesetas y otra en el Seminario de Monte-Corbán (año 1.959) con 80.000 pesetas. Para poder disfrutar de estas becas puso varias condiciones: en primer lugar que tendrían preferencia sus familiares y siempre el más cercano al más lejano. Si no hubiera ningún familiar, sería para cualquier joven del valle de Bedoya el que pudiera tener opción al disfrute de la beca. Y, aparte de los requisitos enunciados, se requería también que el alumno fuera "bien dotado intelectualmente, bien dotado moralmente y mal dotado económicamente".
A últimos del año 1.952 ya estaba de párroco en Santander donde seguiría hasta sus últimos días, aunque en diversos destinos. En la capital estuvo residiendo en la casa sacerdotal que el Obispado tenía en la calle Rualasal. Ejerció su sacerdocio en las parroquias de San Roque, Salesas Reales, Santa Lucia, fue capellán de la Casa de Salud de Valdecilla y atendió también algún colegio de monjas, siendo su último destino la parroquia de San Francisco.
En el año 1.956 publicó un libro titulado "Pacificación Mundial". Libro donde manifiesta de una manera filosófica, política, económica y religiosa un minucioso estudio del mundo que nos rodea buscando el equilibrio, la paz y la prosperidad. Para ello nos descubre las formas y maneras que nos conducen a ello, anticipándose a los tiempos al explicarnos cómo debe ser un sistema electoral para elegir los mandos, buscando siempre el bienestar común, la paz y el equilibrio entre la sociedad local, nacional e internacional. No hay paz verdadera sin unidad verdadera. Se necesita un equilibrado sistema universal de dimensiones políticas, económicas y religiosas igualmente universales, que implante una autoridad supermundial unificadora y pacificadora de toda la humanidad y a la vez que implante la paz religiosa mundial, mediante la unidad religiosa mundial, afianzada en la verdad y en la necesidad de una sola religión universal.
En el año 1.967 le acecha una grave enfermedad y D. Moisés pide volver cerca de sus seres queridos, con su familia en el valle de Bedoya. Primeramente está un tiempo con su hermana María Dolores, en Trillayo, pasando luego con su sobrina Mª Trinidad en el pueblo de Esanos, donde tres meses más tarde, el 10 de Mayo de 1.968 fallece a los 70 años de edad.
Ver portada del libro "Pacificación mundial"
Ver agradecimiento de Franco
José Angel Cantero - Junio 2.008
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